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TEXTOS SIEMBRA

2:10 p.m. del 11 septiembre de 2015, fue casualidad que ese día que escogí la persona  apropiada para realizar  este producto, el personaje se encontraba en los pasillos de la Universidad Autónoma de Occidente, lo acompañaba una carretilla amarilla, en la que llevaba sus herramientas de trabajo: guantes, tijeras de jardinería, rastrillo, entre otros. En ese momento entendí que era esa persona que en muchas ocasiones pasaba por mi lado y esta era quien me iba a permitir conocer una nueva historia.

Cantándole a la vida

Por: Rosa Gómez

Al verme se sonrió y con un tono de voz suave pero firme me preguntó, que en qué me podía colaborar, le pedí que me concediera una entrevista que  me permitiera conocer parte de su vida. Así fue como con su amabilidad me permitió hacérsela, pero primero me solicitó que  lo esperara un momento porque tenía que guardar sus herramientas de trabajo. Pedí acompañarlo pero en un tono tranquilizante me pidió que no me preocupara que mejor lo esperara mientas que él iba muy rápido a dejar las cosas.

 

Finalmente en aproximadamente 10 minutos de espera nuevamente nos encontramos y a partir de ese momento inicia un nuevo viaje en una historia que recrea situaciones vividas y soñadas.

Elías Balanta  Navugan,  timbiquireño de 38 años, orgulloso de su región y añorante de ella. Salió a la edad de 18 años a tomar nuevos rumbos, la profesión más apetecida en su departamento es ser parte de la Infantería de Marina, gracias a esta oportunidad conoció lugares como Tumaco, Bahía Málaga y finalmente volvió a su región natal con el sueño de continuar su carrera profesional, pero por cosas del destino y por presupuesto económicos no lo logró, pudo obtener los papeles necesarios para la inscripción pero no consiguió el dinero para el examen más importante que constaba 400.000 mil pesos ,eso lo frenó y no continuó.

 

Después de conocer otros horizontes, volver a su región no le llamaba la atención, expresa que en esa época ni en la actualidad se ve el progreso y pocas oportunidades, prefirió correr suerte en una ciudad soñada por muchos, pero esquiva para otros, Santiago de Cali.

 

Elías cuenta cómo en timbiquí se vive tranquilo a pesar de la falta de oportunidad, sus padres toda la vida han sido parte del grupo de afro descendientes dedicados a la minería, un ejercicio artesano que él lo llama como “el trabajo de la suerte”. En la época en la que él vivió con su familia lo aprendió, pero como él lo expresa “nunca conseguí oro, la verdad nunca, solo conseguía un gramito que sirve para medio sobrevivir”. Decidió irse por otro camino, su madre y su padre fueron su ejemplo de vida y crecimiento personal, acompañado de sus 12 hermanos, personas con las que hoy tiene muy buena relación y comunicación.

 

Continuando con la búsqueda de su suerte en Santiago de Cali, inició con la construcción y la vigilancia como las primeras oportunidades que le ofreció la capital del Valle, un lugar grande como lo describe, en el que  se sentía un poco perdido cuando salía de la casa de su hermana con quien compartió los primeros meses de su estadía en Cali. Oportunamente consiguió un contacto en el DAGMA, quien fue el encargado de enseñarle todo lo relacionado con el manejo y mantenimiento  de las zonas verdes de la ciudad. Inició arreglando los árboles, podándolos y organizándolos, fue un trabajo muy bien hecho y le abrió puertas en un nuevo mundo, fue la “gran oportunidad” como él lo llama, el trabajo en la Universidad Autónoma de Occidente, donde actualmente trabaja y se siente agradecido por estar en la institución.

 

Ahora el timbiquíreño cuenta una nueva historia, los jardines, las flores, los árboles, las plantas, hacen parte de su diario vivir, es por ellas por las que Elías  madruga todos los días a trabajar, siempre con una sonrisa en su rostro y  entonando el ritmo salsero  que a diario lo acompaña.

Elías no  olvida sus raíces ni de dónde viene, aún continúa viajando a su tierra natal donde se encuentran sus padres y hermanos. Cuenta como sus padres no aceptan la ciudad y con una expresión en su rostro, recrea la  imagen de temor que tiene su madre al venir a la capital, así algunas veces tenga que venir a  realizarse exámenes médicos. Elías expresa las palabras exactas de su madre cuando se encuentra en Cali “es un pueblo muy grande  donde se escucha mucha bulla y hay mucha gente”.  Por su parte él ya la aceptó.

 

Gracias a Dios, en la vida de Elías las situaciones difíciles no lo han agobiado, siempre pone la cara positiva y  olvida sus problemas entonado sus canciones favoritas a todo pulmón, logrando desatar las tristezas y los nudos que lo perturban en su día a día. Solo cuenta de manera jocosa que lo más difícil que ha pasado hasta el momento fue la decepción amorosa que tuvo con la primera mujer de su vida, expresando  que “es mejor que a uno le den una garrotiza, a que lo abandonen” y prefirió no continuar hablando de ese tema.

 

3:10 PM,  Elías sonriente sigue expresando que en un futuro se ve continuando con su carrera de jardinería de una manera más profesional, desea seguir sacando adelante a su hija de 11 años que ahora sueña ser una gran cantante como su padre y sus tíos de timbiquí, también acompañado de sus instrumentos favoritos la guitarra y el piano  “que todavía no le ha podido sacar unas noticas”.

Por ahora él continuará su rutina rodeado de naturaleza y energía positiva, seguirá cantando por los pasillos de la Universidad Autónoma de Occidente a todo pulmón y permanecerá enamorado de su tierra y también del lugar que  lo acogió como nuevo integrante.

 

 

 

Familia - Elías Balanta
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Cambios - Elías Balanta
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Escucha a Elías hablando de las labores de sus padres.

Balanta explica cómo ha sido el cambio de pasar de vivir en Timbiquí a estar en Cali.

El canto - Elías Balanta
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"El canto es una forma de relajarse".

Madre - Elías Balanta
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A su madre no le gusta estar en Cali.

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